Limpieza de monedas medievales

Habeis sido varios los que en alguna ocasión me habeis preguntado acerca de cómo limpiar monedas medievales, las conocidas como «vellones» que por su aspecto frágil da hasta miedo tocarlas. Pues bien esta entrada pretende dar respuesta a esa eterna pregunta de la limpieza de este tipo de monedas medievales, que son las más delicadas. Lo que esta claro es que cada uno tendrá su propio sistema que le dará más o menos buen resultado, pero para aquellos que no lo tienen muy claro, el compañero del foro OMNI, pepemontesinoshijo, ha elaborado un protocolo de actuación indicando pormenorizadamente los pasos a seguir, obteniéndose resultados sorprendentes y siempre partiendo del principio de la prudencia en la intervención sobre la moneda. 

Muchisimas gracias Pepe por compartir con nosotros tus conocimientos sobre limpieza de monedas.

LIMPIEZA DE VELLONES
Por pepemontesinoshijo
Personalmente recomiendo seguir un protocolo de prioridades, antes de limpiar una pieza de vellón o de cualquier otro metal.

1-. Principio de la mínima intervención
Cuando nos encontramos ante un lote de monedas sin limpiar no se debe sacar ninguna conclusión a primera vista y no dejarnos llevar por la impulsividad, puesto que no sabemos nunca a 100% con lo que nos vamos a encontrar… Luego nuestra primera actuación sobre ellas, debe ser la identificación y nada mas…, es decir la estética, pasaría a un segundo plano, de momento…, hasta que sepamos exactamente, con lo que estamos tratando.
Para ello, hay que eliminar la tierra mas superficial hasta llegar a los relieves, pero respetando este protocolo, nos evitaremos muchos errores fatales, de exceso de limpieza, que pudieran degradar lo mas mínimo, una pieza de un alto valor numismático. Esto es algo que ocurre constantemente y que la mayoría de coleccionistas, hemos tenido alguna experiencia traumática alguna vez y DUELE….

Se puede emplear, por ejemplo, una punta de hueso, la cual puede fabricar uno mismo, a partir de restos de algún animal, de los que se pueden encontrar en cualquier campo… A ser posible elegiremos los que esten mas pasados por el sol, que al pasarlos por la superficie de la moneda, sacará la tierra,pero cuando llege al metal, lo que se desgastará sera el hueso, que se pulverizará… el metal blando, como por ejemplo un trozo de cable de cobre, tambien funciona, pero es un poco mas agresivo y al llegar al contacto con la moneda siempre la rayará un poco.

2-. Distinción vellón rico, vellón pobre

Una vez hayamos identificado la pieza, ya se puede pasar al segundo paso: dejarla bonita. En la mayoria de las ocasiones, lo hecho hasta ahora será suficiente y no es malo dejarles un poco de tierrecilla, que resaltará los contrastes.
Hay que distinguir si las monedas de vellón son pobres o ricas en plata. Esto pasa porque el vellón, no es mas que eso, una aleación de cobre y plata en proporciones muy diferentes, según la moneda. Por ejemplo, no es lo mismo un dinero medieval de Alfonso III, que el empleado para acuñar los maravedís de Felipe III. Puedo asegurar,que el resultado al terminar la limpieza, no es el mismo de uno a otro. Lo cual puede requerir muy diferentes métodos de limpieza.

3-.Vellones ricos en plata: Dineros medievales.

Yo sigo el siguiente metodo…. Los vellones suelen ser muy finos,  por lo que al manipularlos hay que ser muy cuidadoso.
Muy suavemente … cepillo de dientes y vasito de agua destilada, a la cual añadiremos unas veinte gotas de ácido clorhídrico o nítrico.
El resultado del vellón debe quedar de un color gris oscuro uniforme, como la mina de lapiz, en un par de minutos. Seguidamente….. una vez eliminados los restos de tierra, que no sacó la punta de hueso. Lo frotamos entre las llemas de los dedos, con el gel utilizado para limpiar las vitrocerámicas, el cual tiene el punto de agresividad perfecto para contrastar los relieves de los vellones ricos en plata, (ojo…no para otros)… y siempre y cuando, no frotemos demasiado, unos segundos bastarán.
Despues de bien aclarado en agua sin frotar y seco…. vaselina pura. Y Listo…… Os puedo asegurar que el resultado es sorprendente.

4-. Cobres y vellones pobres en plata: Dineros modernos y maravedis 
Aquí hay tres escuelas.

A) Dejarles la tierra en los campos tal cual queda, despues utilizar el hueso y punto. Esta es la que yo prefiero personalmente.

B) Dejarlos a remojo 24h en agua destilada. Ojo…(sin ácido). Prohibido para el cobre. Y seguidamente… cepillo de dientes de cedras duras, hasta eliminar completamente la tierra…. Resultado color chocolate…Secado…. con secador de mano para eliminar cualquier humedad y algún anticorrosivo especial para monedas que los hay y muy buenos…, si no… nada…. Preservar de la humedad.

C) Después del paso B, antes de secar, contrastar los relieves puliendolos… lo que algunos coleccionistas llaman… sacarle el cobre. Para ello hay diversos métodos, pero yo no recomiendo ninguno como estropajos, derivados del petroleo como limpiametales, etc… todo sera inútil en mi opinión el cobre volverá a oxidarse mas tarde o mas temprano y solo conseguirás degradar la moneda.

Si conoces otras formas de limpieza, os agradecemos que las compartas con nosotros porque seguro serán también muy interesantes.

Monedas Españolas Reproducciones y Falsificaciones (Fake Spanish Coins)

El tema de las falsificaciones cada vez es más preocupante, dado que las técnicas utilizadas son cada vez más sofisticadas. Por otro lado, la libre distribución, amparada por la ausencia de leyes que penalizen la venta de moneda antigua no marcada como reproducción, está a la orden del día. Nadie está exento de adquirir monedas falsas sea cual sea el lugar geográfico en el que resida. Desde Numismática Medieval tenemos un compromiso de denuncia de aquellas piezas que detectamos como falsas. Puesto que consideramos que el intercambio de información y experiencias entre coleccionistas es esencial para paliar de alguna manera esta lacra, nos hemos abscrito al grupo de facebook: Monedas Españolas Reproducciones y Falsificaciones (Fake Spanish Coins). El grupo acaba de comenzar con la esperanza de educar a los coleccionistas a reconocer las monedas falsas y compartir sus experiencias acerca de las copias, En el contamos con especialistas como Glenn Murray y Daniel Frank Sedwick, entre otros. 
Desde aquí lo recomendamos puesto que puede obtenerse una muy importante información sobre falsificaciones detectadas.

Al-Mutamid, el rey poeta y guerrero

Tras la desaparición del Califato de Córdoba y la desmembración del Estado Omeya en un mosaico de taifas independientes, todas ellas quisieron, en lo político y en lo cultural, emular los tiempos del califa Abderramán III. Pero uno de los reinos musulmanes destacó en este sentido por encima del resto: la corte sevillana de los abadíes.
El tercero de sus monarcas, Al-Mutamid se convirtió en un mito, no solo por conseguir la increíble expansión de sus dominios, desde el Algarve hasta Murcia, sino por convertir su corte en foco de intelectuales y artistas que llegaron a tener cargos de responsabilidad. El propio Al Mutamid cultivaría la poesía —fue discípulo del cordobés Ibn Zaydun— a la par que la espada y la contienda.
Al Mutamid llevaba la espada y la pluma en la sangre. Su padre, conocido como Al-Mutadid, quien hizo territorialmente fuerte al reino,   fue además de un «guerrero sanguinario y colérico» pero también un hombre que mostraba una especial sensibilidad por la poesía. «Se mostró protector y promotor de literatos, especialmente de poetas, cultivando él mismo este género, al igual que había hecho su padre, el cadí. Durante su reinado la poesía logró un alto grado de exquisitez, que llegó a la cumbre en la corte de su hijo; quien instituyó, incluso, una casa dedicada a la poesía y a los poetas».
Pero el verdadero culmen se logró bajo el reinado de Al- Mutamid. Se dice de el que era un «hombre candoroso, noble, cultivado y erudito, excelente poeta, espléndido mecenas, protector de las ciencias y de las letras». Aunque la vida del rey, que habitó el Real Alcázar de Sevilla, fue terriblemente trágica. Le tocó vivir un periodo de largas convulsiones políticas y bélicas que derivó en la muerte de algunos de sus hijos, cuyos asesinatos llegó a presenciar.
Durante dos décadas Al Mutamid fue el más poderoso de los reyes de taifa, pero no dejó de pagar las parias (tributo anual) que su padre había empezado a entregar religiosamente a Alfonso VI. «Esas parias, que el rey de Sevilla libraba, se fueron haciendo cada vez más costosas y difíciles de satisfacer y, acosado por esa carga económica y por las acometidas militares cristianas, Al Mutamid fue uno de los monarcas andalusíes que solicitó el auxilio de los almorávides».
El libro «Al Mutamid y los abadíes. El esplendor del reino de Sevilla (siglo XI)» de Pilar Lirola, editado por la Fundación Ibn Tufayl de estudios árabes y el Instituto de Cultura y Artes de Sevilla (ICAS), del Ayuntamiento de Sevilla, profundiza sobre la figura de Al-Mutamid y es mas que recomendable para conocer al personaje y las circunstancias de su tiempo.
La llegada de los almorávides desde el norte de África cambió el tablero hispano. Frenaron a los cristianos, pero también se quedaron en los territorios que fueron a liberar, acabando por anexionarse toda Al Ándalus. El final de Al Mutamid es triste: encadenado junto a su familia, tuvo que embarcar en el Guadalquivir, camino del destierro en Africa. Con su esposa Rummaykiya andrajosa, su hija vendida como esclava y sus familiares en la calle, Al-Mutamid escribió sus mejores poemas al tiempo ido, a la belleza gozada y perdida, a sus cadenas y a los cuervos de Agmat, donde murió prisionero. Tenía 55 años. Entonces, comenzó la leyenda, como la que os relato a continuación:
Se cuenta que un dia paseando un día a orillas del Guadalquivir con un amigo Ben Ammar, , jugaban a completar poemas, entretenimiento inconcebiblemente popular en la sociedad andalusí de la época. Al levantarse una ligera brisa sobre el río, dijo Al-Mutamid: «El viento teje lorigas en las aguas».

Esperaba la respuesta de su compañero, cuando ambos oyeron:

«¡Qué coraza si se helaran!».

Era una voz oculta en los juncos. Tras ellos descubrieron a una joven bellísima llamada Rummaykiya, que resultó ser esclava de un arriero. Mutamid la llamó a palacio, enloqueció de amor y la hizo su esposa, tomando el nombre de Itimad.

La moneda que ilustra esta entrada pertenece a la colección de «turbokit», a quién desde aquí queremos agradecer la cesión desinteresada de estas fotos. 
Se trata de un dinar de oro del citado rey con la mención aben Faryûn, del año 463 H. Pesa 3,91 grs. y mide 27 mm. En el anverso (parte central): No hay Dios sino Dios/Mahoma el enviado de Dios/Sira^y al Daula/aben Faryûn. En (orla): En el nombre de Dios fue acuñado este dinar en Madina Qurtuba año 3 y 60 y (400).  En el reverso (parte central): al-Mutamid ala-allah/El imam Abd-Allah/Emir de los creyentes/al-Muayad bi- Nasar Allah. En (orla): misión profética incompleta.
Más sobre Al-Mutamid, biografía y leyendas atribuidas a este rey, aquí.

LA CECA BURGALESA Y LA DIFUSIÓN DE SU MONEDA COMO INDICADOR DE LA DOMINACIÓN DE BURGOS EN EL ÁREA REGIONAL: ANÁLISIS COMPARADO

Os quiero recomendar la lectura atenta de este magnífico trabajo realizado por el alumno del Master de Estudios Medievales Hispánicos, de la Universidad Autónoma de Madrid, Javier Sebastían Moreno y que lleva por título LA CECA BURGALESA Y LA DIFUSIÓN DE SU MONEDA COMO INDICADOR DE LA DOMINACIÓN DE BURGOS EN EL ÁREA REGIONAL: ANÁLISIS COMPARADO.

Cuartillo inédito de Enrique IV con marca de 4 pétalos en cruz e iniciales C y R

Según cronistas de la época, en tiempo de Enrique IV pudo haber hasta unos 150 talleres acuñadores de moneda. Esta moneda es fruto de tan profusa variedad de fabricación y de tan patente desorden monetario, luego su acuñación debió ser anterior a 1471 (fecha del ordenamiento). Se trata de una variante inédita de cuartillo con una flor de 4 pétalos en cruz a la derecha del busto de monarca en el anverso. En el reverso nos encontramos un castillo, con la misma flor de 4 pétalos en cruz y las «presumibles» iniciales C y R a los lados. Peso 1,3 grs.Medida: 20 mm. Digo lo de «presumibles» porque aquí es donde se ha centrado la controversia en el foro IMPERIO NUMISMATICO . En los catalogos numismáticos no se conoce esta variante.

Hay quien opina que puede tratarse de un cuartillo inédito de la princesa Isabel, de quien ya tuvimos ocasión de comentar hace algún tiempo (vease aquí) indicando que se trataría de una Y y una P. Se argumenta la similitud de los tipos de Ávila en cuanto a tipología. Sin embargo no figura la inicial de la ceca que se concedió a Isabel, esto es la A de Ávila, y en su lugar aparece la flor de 4 pétalos en cruz.
Nosotros también hemos dejado opinión en el citado foro, indicando que se trataría mas bien de un cuartillo de Enrique IV con las iniciales C y R. Una C gótica (mal hecha, con defecto de cuño) y una R gótica donde el palito inferior curvo de la R se pierde en la orla de puntos. En este sentido tendriamos que descartar la hipotesis de Isabel, y estariamos más bien ante lo que pueda ser una variante inédita de cuartillo C R. La más cercana a esta sería la clasificada en el catalogo de A. Burgos nº 742. Ya sería tema de otro debate a qué localidad atribuir C R ¿Ciudad Real?, ¿Ciudad Rodrígo? 
Seguiremos con detenimiento el devenir de esta pieza, que seguramente pronto veremos en subasta. Si quieres seguir el interesante debate puedes hacerlo en este enlace .
Desde Numismática Medieval agradecer al propietario de la pieza, el Sr. Emerito, la cesión desinteresada de estas imagenes

Nota a fecha 26/06/2012

La casa de subastas AUREO&CALICÓ realizó la expertización de la pieza siendo este el resultado. Estamos de acuerdo con dicha catalogación, si bien es cierto que no podremos asegurar nunca al 100×100 que sea la correcta. Desde aquí también respetamos enormemente las catalogaciones y opiniones dadas por otros compañeros que, sin lugar a dudas, han supuesto un debate interesantísimo.

Comentarios a las monedas medievales de Subastas Vico de 26 de junio de 2012 (III parte)

Desde aquí agradecerle a nuestro compañero David Hernández, gran apasionado de la Historia y del coleccionismo de monedas medievales que comparta con nosotros el comentario que ha realizado de algunas monedas de la Subasta Vico del 26 de junio de 2012 y que transcribimos a continuación:
Hay varios dineros y sobre todo meajas de Alfonso VII que me llaman mucho la atención, pero me voy a parar en Fernando II, y no en el espectacular morabetino (lote 204) si no en un extraordinario dinero, presumiblemente de Salamanca, el lote 205:

Sobra decir que me parece una preciosidad. Ésta es la descripción de Vico: Dinero ¿Salamanca? Anv: ISPANIE, roel junto a la corona. Rev: FERNANDVS REX. III-108. MBC+. De la más alta rareza. Ex HSA-1702

En reverso aparece busto sobre un puente, que se identifica con el puente romano de Salamanca, y por lo tanto, se atribuye en principio a esta ceca. A la izquierda del busto, cruz sobre vástago y a la derecha espada. El puente es similar al del morabetino de Alfonso IX y los motivos al lado del busto son también semejantes a los que aparecen en éste y en el de Fernando II. El vástago sobre cruz también lo tenemos en un dinero de Alfonso IX. Alrededor puede leerse la leyenda ISPANIE. En el anverso, encontramos una cruz patada con la leyenda FERNANDUSREX. Aquí os dejo un morabetino de Alfonso IX (hijo de Fernando II) para que podáis comprobar su similitud:

Históricamente, Salamanca fue una plaza difícil para Fernando II. En el año 1162, hubo una rebelión en la ciudad charra, propiciada por unos fueros otorgados por el rey a Ciudad Rodrigo y Ledesma, que iban en detrimento de los de Salamanca. La rebelión fue sofocada y la represión fue dura. Al año siguiente, Alfonso I de Portugal ocupó Salamanca, llamado por los rebeldes del año anterior. Nuevamente Fernando II hubo de retomarla. Sin embargo nos encontramos con que ya en 1178, el rey leonés pide apoyo a los nobles de Salamanca, en contra de la actitud beligerante de su sobrino Alfonso VIII, rey de Castilla, del que había sido tutor, y con el que finalmente se enfrentó en una batalla en Castrocán que no resolvió nada.

En cuanto a los documentos de la época, sabemos que en 1167 el Rey concedió a la catedral de la ciudad de Salamanca la tercia de la moneda argéntea (vellón) que allí se acuñaba y en 1186 también la tercia de oro.

Por último, añadir que la tipología del reverso de esta acuñación, recuerda inevitablemente al dinero de su sobrino Alfonso VIII de busto sobre castillo, y que por evidentes razones cronológicas, sería un sucesor de este dinero que nos presenta Vico en su subasta. Aquí una imagen de este dinero de Alfonso VIII:

Os vuelvo a dejar aquí la bibliografía que he encontrado sobre esta moneda y que he consultado para escribir este post.

-OROL PERNAS, Antonio: Dineros salamanqueses de Fernando II de León, Numisma 231 (1992) pp. 127-130.

-ESPAÑA, León, «Una pieza inédita de Fernando II. Probablemente alusiva al Camino de Santiago», Gaceta Numismática, 131, t. IV, (Barcelona, diciembre 1998), pp. 25-33.

-ANTONIO ROMA VALDÉS: “Emisiones monetarias leonesas y castellanas de la Edad Media. Organización, economía, tipos y fuentes”. Madrid, 2010.

Esta entrada también ha sido publicada en la web amiga IMPERIO NUMISMATICO

Comentario a los dineros de Urraca de la Subasta Vico de 26 de junio (Parte II)

La segunda moneda objeto de atención es la contemplada en el lote nº 181 con la descripción: Dinero. Palencia. A/ URRACA R?G. R/ S (tumbada) ?R ANTONINI. III-18 vte. EBC. De la más alta rareza. Ex HSA-8816 y el siguiente comentario: Durante los últimos años del reinado de Alfonso VI, este monarca concedió a la sede compostelana (regida entonces por el poderoso arzobispo Gelmírez) el derecho de acuñación de una moneda concesionaria, frecuente en la Europa de la época. Doña Urraca concedió el mismo privilegio de acuñación a uno de los grandes monasterios del reino, el de los Santos Facundo y Primitivo en Sahagún (1116), y también a la Catedral de San Antolín de Palencia, aunque de esta concesión no conservamos el documento original. obre los escasos y rarísimos dineros palentinos de Doña Urraca hay que decir que tenemos dos bulas papales, una de marzo de 1116 y otra de noviembre de 1125, en la que se cita la existencia de la concesión monetaria al obispo, detallando el reparto de beneficios de la misma por mitades, entre la catedral y la reina. De la cita de este privilegio en documentos papales de Pascual II y Honorio II se desprende la consolidación de este derecho y su defensa por parte de la autoridad pontificia, siendo más beneficioso que el otorgado a Sahagún (donde el abad sólo recibía el tercio de los beneficios) y, sin duda, relacionado con el pago de las obras de la Catedral palentina, por eso la leyenda de reverso de BEATI ANTONINI (más o menos abreviada). Con todo ello, podríamos intentar fechar la concesión original entre 1114 y 1116, ya que de esa época tenemos varios privilegios de la reina Urraca concediendo mercedes al obispo Pedro de Palencia «en premio a los servicios prestados», «como premio a sus muchos servicios», «en premio a su fidelidad». En cuanto a la tipología específica de estas piezas, el anverso lleva el nombre de la Reina Urraca y Cruz equilátera, siendo el reverso el que las diferencia de las monedas reales, donde aparece la leyenda antes comentada de San Antolín en genitivo (como las de Santiago de Compostela) y como tipo dos alfas y dos omegas colocadas en cruz, un diseño propio que se utilizaba en algunas otras piezas acuñadas con la leyenda LEOCIVITAS en vez de la referida a San Antolín. ALFONSO I DE ARAGÓN, COMO MARIDO DE DOÑA URRACA

Se trata de la acuñación palentina más primitiva, que se separa completamente de la tipología posterior de las acuñaciones de este monasterio, caracterizadas por tener en anverso la típica cruz patada, y en reverso parejas de alfas y omegas espaldadas.

Sin embargo, existe otra versión, también atribuible a Palencia, y que fue comentada por León España y M. Mozo en su artículo «Monedas Medievales Míticas» (Gaceta Numismática, nº 169 – 2008). En la siguiente moneda se ve claramente que el señor obispo de Palencia, presumiblemente don Pedro de Palencia (sobre el 1112), elige la misma estructura de carácter copiativo que popularizó Sahagún, con las tres cruces representativas de la Santísima Trinidad o de las tres cruces del Gólgota. Asimismo en cuanto a la utilización para labrar letras de los espacios de la cruz, es igualmente una continuación tipológica ya utilizada en los territorios del nordeste peninsular, como fueron Gerona y Besalú.

Importante mención merece la leyenda del anverso con las letras «B E A T» en los cuarteles 1º, 2º, 4º y 3º, y la leyenda «A.NTONIIN», con una agrupación de tres puntos haciendo de travesaño de la primera N, y que toma comienzo a las tres. Claramente este texto es una mención directa de la advocación a la que este monasterio se hallaba unido, que no era otro que a San Antolín (Beati Antonini, en latín).

Quisiera agradecer públicamente a D. Manuel Mozo Monroy no solo el conocimiento transmitido a través del artículo antes reseñado, sino también su colaboración facilitandome el acceso al mismo.

Comentario a los dineros de Urraca de la Subasta Vico de 26 de junio (Parte I)

La reina Urraca fue la primera reina que ejerció el exclusivo derecho real de acuñación de moneda en los reinos de Toledo y León. En un inicio siguió las directrices monetarias de su padre Alfonso VI, distinguiéndose cuatro tipos de acuñaciones:
a) Acuñaciones Reales: Urraca era la reina soberana, y como tal, aparecía en las monedas. Tales emisiones se produjeron en León y Toledo.
b) Acuñaciones Conyugales: monedas que de alguna manera mencionaban a sendos esposos regios entre diciembre de 1109 –firma de la Carta Programática entre ambos- y octubre de 1114 –cuando Alfonso I de Aragón repudia a Urraca, si bien no desaparece del todo de la política castellano-leonesa-. Se labraron en León, Zamora y Segovia.
c) Acuñaciones del Correinado de Urraca con su hijo Alfonso Raimúndez: monedas labradas entre mayo de 1117 –Pacto del Tambre- y marzo de 1126 –muerte de Urraca en Saldaña (Palencia)-, pero con independencia absoluta del uno respecto del otro en la amonedación. Se acuñaron en Toledo, León y en Segovia.
d) Acuñaciones Concesionarias: privilegios especiales para emitir monetario propio a instituciones o sedes eclesiásticas. Fue precisamente en el reinado de Urraca donde más proliferaron, labrándose en el monasterio cluniacense de Sahagún y en la catedral de Palencia.
La Subasta Vico del próximo 26 de junio de 2012 nos brinda la ocasión para que nos detengamos en los tipos a) y d), y dentro de este último en las acuñadas en la catedral de Palencia. Para ello dedicaremos esta y una sgunda entrada. No nos detendremos en las ya consabidas emisiones atribuidas al Monasterio de Sahugún, las cuales ya han sido objeto de anterior estudio
Comenzamos con el lote nº 180, con un precio de salida de 1.000 eur. y que obedece a la siguiente descripción:  Dinero. Toledo. A/ +VRACA RE. R/ +TOLETVO. III-11. EBC-. Muy rara en esta conservación. Ex HSA-8815
Sobre estas acuñaciones de tipo «real» y busto de frente de claro arte románico circularon indistintamente en los reinos de Castilla y León y continuan una tradición continuista de representación frontal visigótica. Por otro lado estamos ante la primera representación de una mujer en moneda medieval. Ya conocemos antecedentes en moneda romana e incluso egipcia, pero no en moneda visigoda y por supuesto, tampoco en moneda islamica. Este hecho de la representación de una mujer en la moneda viene a significar una afirmación de su poder soberano sobre el Reino.

La imagen muestra esquemáticamente a la joven reina de frente, con tocado y diadema, grabando con letra carolina en la leyenda su nombre y título: “VRACA RE (REGIS «Reina»), En el reverso cruz patada y el toponímico del reino: TOLETVO. Estos dineros rondan en todos los casos el gramo de peso, manteniéndose en los ejemplares conocidos entre 0,75 y 1,19 grs. El principal rasgo diferenciador de las variantes existentes en este tipo es la aparición de dos puntos, uno a cada lado de la cabeza, como intentando recalcar su feminidad al colgarle dos presumibles pendientes; si bien esta posibilidad no es más que una pura especulación, pues estos dos puntos podrían tener cualquier otro significado que no ha llegado hasta nuestro días.

Su cronología es de muy difícil determinación. Expongo literamente los comentarios que Manuel Mozo Monroy realiza en su artículo «Acuñación toledana de Urraca, Reina de León y Toledo (1109 – 1126)»  
Presumiblemente empezó con el inicio de su reinado reutilizando los cuños de las monedas toledanas anteriores y acuñando en aparente disminución progresiva hasta abril de 1111, cuando su marido Alfonso se hace con la ciudad del Tajo -existe incluso la posibilidad, derivada de las marcaciones, de una degradación tipológica y de la disparidad de estilos, y que incluso se pudiese haber acuñado en más de un taller de labra-. Efectivamente, es harto improbable que Urraca pudiese haber acuñado entre el 18 de abril de 1111, en que Alfonso I entra en Toledo como rey, y el 18 de octubre de 1114 -día en que según la Crónica de San Juan de la Peña el rey aragonés repudia oficialmente en Soria a doña Urraca por razones de consanguineidad: “sed lapsu temporis videns Imperator Reginem a vita debitae honestatis alienam, invento colore quod inter eos erat gradus consanguineitatis et quod nolebat vivere in percato, duxit eam usque ad Soriam, et ibi ipsam traditit”-, cuando acepta definitivamente la resolución papal de anulación de su matrimonio. Inmediatamente después, los toledanos y segovianos se rebelaron en su nombre, enfrentándose a Álvar Fáñez y sus tropas -hombre de confianza de Urraca-, quien pese a intentar disolver esta insurrección popular, sin conseguirlo, cayó muerto pocos días después en Segovia. Ambas ciudades volvieron a manos del aragonés hasta 1118 -pese a que Urraca se las había entregado durante tres años a su hijo Alfonso Raimúndez en el Pacto del Tambre de mayo de 1117-, cuando se rindieron tras sufrir alguna que otra escaramuza bélica. Alfonso I, por su parte, continuó hostigándolas, retomando su control durante algunas temporadas: hasta 1119 para Toledo y hasta pasado 1123 para el caso de Segovia; en su beneficio jugaba la posición favorable que ambas ciudades tenían hacia su persona, pues había sido él quien las había defendido durante largo tiempo frente a los ataques de las tropas almorávides. Por otro lado, la posesión, de los dos feudos le era fundamental ya que así podría seguir intitulándose Emperador al tener en sus manos, al menos, tres reinos (Pamplona, Aragón y Toledo).
Por tanto, es posible que en esos años Toledo retomase su producción acuñadora a nombre de Urraca y quizá Alfonso Raimúndez hasta 1124 –de hecho la reina ratifica en noviembre de 1123 a la iglesia de Santa María el diezmo de las rentas reales a Toledo y a su arzobispo Bernardo incluyendo la moneda –“monetarum”- (Archivo de la Catedral de Toledo, 1.7.G.1.4b) -“Ego Urraca dono et concedo decimam partem omnium regalium redittium quos in Toletana habeo uel habuero urbe aut in eius terminis tam infra quam exterius panis, scilicet, et vini, molendinorum, furnorum, tendarum, tocius fori, alfondegarum, monetarum, balneorum… duodecim libras auri obriti persoluat”-; fecha en que de una manera casi efectiva la reina desaparece del poder político y económico, y es eclipsada por su propio hijo, recién armado caballero en Santiago de Compostela, y que con toda probabilidad fue ya quien ejerció la regalía de acuñación de moneda a su nombre. Este cúmulo de circunstancias históricas fueron las que determinaron que sólo se acuñase este tipo monetario urraqueño en la ceca de Toledo durante su reinado.